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Reina Roja | Juan Gómez-Jurado

Con una mezcla de humor, misterio y tensión, Reina Roja es un thriller policiaco de los que devoras en dos tardes —literalmente—; un vicio de los que cuesta dejar a un lado, y que pese a mi reticencia inicial, me ha gustado mucho. Sin embargo, si alguien me hubiera preguntado el día que empecé a leerlo, mi opinión no podría haber sido más distinta. 

Reina Roja Juan Gomez Jurado

Quiero empezar hablando de la voz de los personajes en este libro, porque mi primera impresión del estilo fue negativa, muy negativa; y resulta que es uno de los aspectos que hacen el libro tan entretenido. Este libro sin los comentarios de Jon y Bruno, no sería lo mismo. 

Fijaos que llegué incluso a dudar de si iba a poder soportarlo. Explicaciones enumeradas con bullet points —¿Quién hace eso?—, gracietas de cuñado, e interjecciones dignas de una historia contada con el codo clavado en la barra del bar, y con una o dos cervezas más de la cuenta, son algunas de las cosas con las que uno tiene que lidiar en las primeras páginas. 

Sin embargo, a medida que avanzas, descubres que todas estas irreverencias y rarezas son intencionales, que forman parte de la voz de los personajes, y dejadme que os diga, este libro tiene algunas de las voces narrativas más fuertes, distintivas y mejor caracterizadas que he leído últimamente. Quizá desde que leí La Voz de las Espadas. No necesitas que te digan desde el punto de vista de quién está narrado un capítulo. Lo sabes al instante.  

¿Abusa de los tópicos? Un poco. ¿Hay bromas y comentarios que solo vas a entender si eres de Madrid, o de Bilbao, o de donde toque? Pues también. Pero lo cierto es que me he reído a rabiar con ese modo socarrón que tiene Jon de ver y contar las cosas, y las referencias a canciones de Sabina y demás me han arrancado mi sonrisita cómplice. 


La trama, como novela policiaca, aporta pocas novedades en su premisa. Un asesinato inusual, un investigador aún más extravagante, un caso que ha de ser llevado fuera de los cauces habituales, un jefe de policía arrogante que no quiere la ayuda de los protagonistas... y aún así consiguió sorprenderme. Hubo un par de giros que no me vi venir ni cuando los tuve delante. 

Es cierto, eso sí, que se abusa un poco de ocultar información al lector para crear suspense. Mucho «cuéntamelo, y él se lo cuenta, y ella alucina», y se acaba el capítulo. ¿Por qué no se lo ha contado también al lector si el narrador es omnisciente y todos los personajes lo saben? Para que sigas leyendo, claro. 

Obviamente funciona, y sigues, y sigues, y un capitulito más, y como son cortos, pues parece que no cuesta, y como lo hace sin pasarse y solo te oculta la información un capítulo o dos, se lo perdonas, pero no del todo... Es una de esas cosas que sabes que la están jugando, te da rabia porque está funcionando, y no por ello dejas de leer. La definición misma de vicio. 

El final deja bastantes cabos sueltos, así que aunque satisfactorio, no termina de ser redondo, y me hubiera gustado que terminara con un duelo de intelectos, en lugar de resolver las cosas en una escena de acción —creo que habría estado más a tono con los personajes. Aún así, entiendo que es parte de una trilogía, y que no puede darnos todas las respuestas tan pronto; y me ha dejado con ganas de leer la segunda parte, que es todo cuanto un final necesita.

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