Cuando empecé este libro, lo hice con el corazón dividido. Por un lado, estaba deseando regresar al mundo de La Primera Ley , y ver qué había sido de Jezal, Glokta y compañía. Por otro lado, temía que el relevo generacional no hiciera sino recordarme cómo los viejos personajes eran mejores que los nuevos. Por suerte, mis temores eran completamente infundados y el libro me ha encantado. La historia tiene lugar varias décadas tras los eventos de La Primera Ley , y tiene como protagonistas a los descendientes de los personajes de esa primera trilogía: Orso, el hijo de Jezal, Sabine, la hija de Glokta, Ikke, la hija del sabueso... Pero no son lo los protagonistas quienes han cambiado, sino también el mundo, que se encuentra en plena revolución industrial, con decenas de trabajadores a paso y medio de un levantamiento armado. El libro hace maravillas para sumergirnos en este conflicto, mostrándonos todas sus caras, las mejores, y las más feas; todos los puntos de vista, todas las buenas...