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Panteón | Carlos Sisí

Sinceramente, esperaba más de un Premio Minotauro. El libro está bien escrito, tiene un ritmo bastante dinámico, pero no me ha hecho sentir nada. Sin sorpresas, sin sobresaltos...  A pesar de que las situaciones son de peligro y acción constante, no me ha resultado trepidante, ni me ha tenido en tensión por ver qué será de los personajes. Tampoco me ha parecido particularmente original. No ha despertado mi imaginación, ni me ha hecho plantearme ningún tipo de pregunta. Hay una leve alusión a la interpretación cíclica del Big Bang, casi al final, pero es eso, una línea en un párrafo que nunca vuelve a ser explorada. 

Panteón Carlos Sisí

La trama sigue a un par de chatarreros que, saqueando un campo de batalla en un mundo perdido, descubren unas ruinas antiquísimas. Hay por allí también dos grupos de mercenarios que quieren hacerse con el supuesto arma del interior de las ruinas, y una investigadora de una facción casi utópica de la humanidad, que acude para averiguar porqué los mercenarios pelean por un planeta sin valor aparente. Eso es todo. Ese es el planteamiento de los primeros capítulos, que nunca llega a evolucionar en nada más. Los chatarreros van dando tumbos por las ruinas, los mercenarios se abren paso a cañonazos, la investigadora los sigue a unos y a otros, hay múltiples cara a cara entre ambos bandos... y poco más. Ni siquiera hay un juego de volubles alianzas y dudosas lealtades, como cabría esperar.

Los personajes tampoco me han parecido particularmente carismáticos. Todos me daban un poco igual, no me inspiraban más simpatía unos que otros. Y tampoco había ninguno que despertara mi interés o curiosidad por sus motivaciones o trasfondo —y menos mal, porque no hay trasfondo o motivos que explorar. Uno es impulsivo, otro es ambicioso, el de más allá es quizá demasiado prudente... no tienen más rasgos que esos. De la personalidad de la investigadora, por ejemplo, lo único que sabría deciros es que es pelirroja. 

En general, un libro bastante normalito, que va a lo seguro, cual helado de vainilla, sin desagradar a nadie, pero sin nada a destacar. 

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