Normalmente con las antologías de relatos cortos, voy comentándolos uno por uno, porque algunos me gustan más, o me gustan menos, o me gustan y dejan de gustar por motivos distintos, pero esta va a ser la excepción. Este es el tercer libro que leo de Gibson, y me temo que va a ser el último. Reconozco que tiene ideas geniales, y me encanta la ambientación cyberpunk de sus historias, pero no me gusta nada su estilo. Ya está, lo he dicho, y me da rabia, porque desearía que me gustase, sobre el papel debería gustarme, pero no puedo él. No me gusta que use jerga inventada sin explicar lo que es, no me gusta que compare a los personajes con personas famosas para describirlos, y no me gusta que use marcas o nombres de productos reales, que no tengo porqué conocer, para describir objetos y escenas. Sé que no aporta nada que me digas que esta mesa era de Ikea o que era de Bauhaus, y podría ignorarlo, pero él lo escribe, y yo lo leo y me cabreo. Pero, sobre todo, el problema es que l...