Este libro es como una de esas pelis de serie B, que quizá no sean muy buenas, ni tengan los mejores efectos especiales, ni sean particularmente originales. Puede que incluso te avergüences un poquitito de disfrutarlas, pero no por ello resultan menos entretenidas. Al principio incluso parece que lo que estás leyendo es un fanfic . Hay un cazador de monstruos gruñón, con una marca que le cruza el ojo, larga melena gris y dos espadas a la espalda, una de acero, otra de plata... puede hacer algo de magia, su único amigo es su caballo, tiene poderes sobrenaturales gracias a un elixir que le hicieron tomar de joven... vamos, que solo le falta llamarse Gerardo de Rubia . Por suerte, la novela no se atasca ahí y evoluciona favorablemente con la introducción de múltiples personajes y arcos narrativos que van confluyendo entre sí a medida que avanza la trama. Hay una pareja de caballeros, repudiados por su orden, que están buscando al cazador de monstruos; hay un grupo de elfos oper...